viernes, 29 de mayo de 2009

La aventura de ser maestro

Después de leer el documento de Esteve coincido con él en que ser maestro es una aventura, que puede ser muy emocionante o muy desagradable. Que proporciona grandes satisfacciones y muchas veces frustaciones.
La lectura me recuerda mis inicios en la profesión docente, donde predominaba la ansiedad, los nervios, el que el grupo estaba atento a cada uno de mis movimientos, de mis fallas, a la preocupación de cómo sobrevivir durante una o dos horas con el grupo. Con el paso de los años fui ganando confianza, controlando los nervios y aprendiendo por ensayo y error a ser maestra.
Las experiencias vividas me han servido para reflexionar acerca de mi trabajo en la educación, del gran compromiso que es estar diariamente ante un grupo de jóvenes que cualquiera que sea el motivo que los llevó al aula, están esperando “algo” de su maestra.
Poco a poco me fui comprometiendo con la educación y a pesar del tiempo transcurrido, frecuentemente me pregunto acerca de mi actividad, de los resultados que obtengo y como puedo mejor.
No debo negar que muchas veces me ha invadido el tedio, pero la interacción con los jóvenes me hace volver a buscar estrategias que faciliten la obtención del aprendizaje significativo.
Como Esteve, considero el sentido de la docencia como pensar y hacer (planear y dar la clase) y hacer que piensen y hagan (que el alumno se responsabilice de su aprendizaje). Es aquí donde cobra importancia la planeación, aplicación y evaluación de una clase.
También el paso de los años me ha demostrado que no solo los jóvenes obtienen un conocimiento sino también yo. Recuerdo aquí a Freire cuando nos dice que la educación es un proceso donde las personas que intervienen en él educan y son educadas al mismo tiempo. Y así ha sucedido conmigo y mis alumnos.
Muchas veces me concentro únicamente en los contenidos y olvido que también nos estamos formando como humanos. En este punto considero importante la comunicación. Debemos desarrollar la competencia comunicativa en nosotros y en nuestros alumnos, porque es a través del dominio de la lengua como nos apropiaremos del conocimiento.
Aún cuando en nuestra sociedad el trabajo de profesor está desvalorado, nosotros debemos recuperar ese valor para nosotros mismos y para lograr un trabajo gratificante con las alumnas y alumnos.

miércoles, 27 de mayo de 2009

Mi confrontación con la docencia

Compartiré con ustedes una parte de mi vida: como me incorporé en la docencia y las experiencias que en ella he tenido.
Estudié un bachillerato en ciencias químico-biológicas y una licenciatura en ingeniera industrial. En mi época de estudiante estaba de moda el uso de las calculadores texas y su característica principal de que podían programarse. Así que me interesó la computación y la estudié un poco. Los estudios que menciono en este párrafo los hice únicamente porque me llamaban la atención, se me facilitaban y me gustaban, nada más.
Cuando egresé estaba totalmente desorientada y lo único que sabía es que tenía que buscar un empleo, así desempeñé trabajos donde apliqué un poco la ingeniería industrial y la química. En esta búsqueda y de manera casual me ofrecieron impartir clases en un plantel del Conalep. Me dieron a elegir entre varias materias y me incliné por el área de computación. Inicié así mi experiencia docente.
La base de donde partí para estar frente un grupo fue la formación académica que tenía, desconociendo todo lo relacionado con la enseñanza.
Al principio fue como cualquier otro trabajo, desempeñarme en él con mi mejor esfuerzo y a cambio recibir un salario.
Solo que han transcurrido ya diecinueve años y continuo en la docencia porque me ha dado grandes satisfacciones, planteado grandes interrogantes y enfrentado a grandes retos. ¿Por qué?
Al inicio lo único que tenía claro era que debía estar frente un grupo y lograr que aprendieran los contenidos de los programas de las diferentes asignaturas, ese era mi trabajo. Inicié con mucho nerviosismo y durante la clase me sentía vigilada en cada una de mis acciones y movimientos, y que cualquier falla detectada sería detectada inmediatamente y por supuesto sancionada. Poco a poco fui sintiéndome segura y adquiriendo confianza con mis grupos. Pero empecé a enfrentarme con otro problema: cómo debía explicar, que podría hacer para que aprendieran, como llevar a cabo las actividades, hasta la elaboración de un examen era desgastante para mí, lo elaboraba una y otra vez, hasta lograr que las preguntas fueran entendibles (al menos para mí). Muchas veces me invadía la desesperación.
Empecé a buscar libros que explicaran de una forma fácil y entendible los temas, cuando encontraba alguna técnica o ejercicio que me parecía apropiada la aplicaba en la clase, con la participación de los alumnos me percaté que ellos tenían mucho que aportar, solo era cuestión de involucrarlos. Fue así, por ensayo y error que aprendí técnicas y apliqué estrategias buscando hacer más fácil mi trabajo y el aprendizaje para los estudiantes.
La escuela nos impartía algunos cursos de los que obtuve conocimientos que empezaron a facilitar mi labor, introducciones a las diferentes teorías del aprendizaje, a la evaluación, etcétera, pero aún no comprendía del todo la importancia de trabajar en la docencia.
Al principio de mi formación docente solo buscaba como facilitar mi trabajo en el aula y que los alumnos se sintieran cómodos y aprendieran.
Tome un curso de habilidades docentes con el ITESM y fue la primera ocasión en que tuve (por así lo pedía el curso) que reflexionar sobre mi práctica docente, reconocer que aplicaba la enseñanza tradicional tal y como yo fui formada en mis años escolares y a partir de ahí empezar a cambiar hacia alguno de los modelos de las diferentes teorías, con el fin de propiciar una aprendizaje significativo.
Poco a poco fui descubriendo que esto no es todo, que en una escuela los alumnos no solamente adquieren un conocimiento sino que también se forman como humanos.
Otra vez las dudas, la confrontación conmigo misma, el tratar de pensar que si la mayoría decía que era buena maestra solo tenía que seguir manteniéndome así, pero me ganó la inquietud de saber más sobre educación, de cómo contribuir en la formación humana y no solo académica de mis alumnas y alumnos.
Fue así como decidí estudiar una maestría en educación (inconclusa porque no me he titulado), a pesar de que saber que mi trabajo docentes no es estable (trabajamos por contratos y cada inicio de semestre es de incertidumbre), de que podía elegir algo relacionado con mi trabajo matutino (estable) que es la informática. No importando lo anterior elegí estudiar algo que me proporcionara conocimientos de mi persona, de la educación y su contexto, de los retos que debemos enfrentar quienes estamos inmersos en este campo y muchas interrogantes sobre mi labor y la forma de educar. En esta ocasión, a diferencia de mi bachillerato y licenciatura, sí hice una elección de lo que quería estudiar.
Dudas e interrogantes aún tengo muchas y espero que surjan más. Por eso estoy en este curso. Para enriquecerme a mí y enriquecer mi práctica docente. Por qué la formación no es de un momento o etapa, es continua.

martes, 26 de mayo de 2009

Los saberes de mis estudiantes

Indagar que hacen mis alumnos en Internet usando como herramienta el andamio cognitivo “Tipos de usos de Internet” me ha permitido explorar un área que ha pesar de poseer un gran potencial para el aprendizaje significativo no le he prestado el suficiente interés.
Elegí un grupo de cuarto semestre que conocí en marzo y es la primera vez que trabajo con ellos. Siempre que vamos al laboratorio aprovechan cualquier instante para usar el programa de mensajería instantánea Messenger. La conversación que sostienen a través de este medio es superficial y muchas veces con sus mismos compañeros. Me decidí por este grupo porque considero que pueden explotar el Internet para adquirir y fortalecer el aprendizaje y no simplemente para pasar el tiempo como hasta ahora.
Para elaborar el diagnóstico utilice el formato del curso. Les expliqué porque quería recabar la información, que uso le daría, los resultados y beneficios esperados.

Así me enteré que el grupo, uso la palabra grupo porque son los saberes que como tal poseen pero no de forma individual, usa Internet de la siguiente forma:

Como reservorio, es decir para obtener: información, música, fotos, video.
Como espacio social de acción individual y colectiva, es decir, como espacio de comunicación para hacer cosas como: buscar, crear, producir, compartir colaborar, comprar, vender, obtener asistencia técnica y profesional

Obtener información para sus tareas.
Descargar música.
Descargar vídeos
Descargar imágenes
Descargar fotos
Bajar juegos para computadora y celulares.
Bajar libros y manuales



Uso de buscadores, generalmente Google
Uso de Youtube para ver vídeos, generalmente de música.
Enviar mensajes por correo electrónico.
Crear cuentas de correo electrónico.
Subir imágenes a Metroflog.
Subir un blog de fotos a sus perfiles de Messenger.
Subir fotos a Hi5
Conversar en Messenger.
Compartir vídeos, música e imágenes en Messenger
Vender y comprar productos en Mercado Libre
Jugar en línea
Buscar programas para celular
Subir videos a sus cuentas de Youtube.
Uso de traductores.
Mantener contacto con sus amigos en red a través de Hi5, Sónico, Metroflog

Para detectar lo que hacen en Internet les repartí el formato y les expliqué clasificar los usos. El ejercicio fue por parejas. Desde este momento se empezaron a obtener resultados. ¿Por qué? Porque aunque todos tienen una cuenta de correo electrónico, no todos saben crearla. Lo que llamó mi atención fue que de manera espontánea, los sabían empezaron a enseñara a los que no.
Para favorecer el compartir el conocimiento, los que saben serán los guías, primero de sus parejas, después de equipos y finalmente del grupo. Primero será la creación de cuentas de correo electrónico y el adjuntar archivos a los correos. Dentro de dos semanas el grupo debe saber crear cuentas. Para aplicar este conocimiento enviarán los trabajos y tareas por este medio. Enseguida el uso de buscadores, por lo menos dos, para recopilar información de los temas de la materia, asignamos un tiempo de tres semanas. Por último el compartir información de la materia en algún de los espacio que el grupo maneja, cuentan con cuatro semanas, para tal fin.
Como en la semana tenemos dos sesiones de tres horas cada uno, destinaremos 20 minutos en cada uno para la actividad. Como se manejaran temas de la asignatura para la aplicación de lo que aprendan, el desarrollo de las actividades les ayudará en la calificación.